El jueves, 15 de mayo
tuvo lugar la presentación en Oviedo, dentro del marco de la Feria del Libro: Libroviedo, de la “Nueva
Carta sobre el comercio de libros”. Fue,
y es, mi primera presentación, con eso ya lo digo todo. Los nervios pasaron,
desde el día anterior, a formar parte de mí; no era capaz a “perderlos de
vista” ni por un segundo.
A pesar del poco tiempo
de aviso previo (no formaba parte de la programación de la Feria, pero nos
hicieron un hueco y estoy muy agradecida por ello. Muchas gracias a la librería
Elías por hacerlo posible), de los nervios y algún que otro contratiempo,
solventado milagrosamente por Noemí Trujillo, he de decir que fue todo
maravillosamente bien. ¡Hasta el tiempo nos acompañó esa tarde! No, no llovió.
Ese día, como por arte de magia, nos dio un respiro nuestra, casi siempre, compañera:
la lluvia.
La presentación fue a
las seis de la tarde. Cuando llegué ya me estaban esperando para indicarme como
sería todo. La organización: un diez. Me acompañaron, para no dejarme sola en la mesa, dos reconocidos libreros de Oviedo,
Juan Ángel y Chemi. Ellos, además de cuidarme, amablemente respondieron a la
pregunta que ─ al finalizar y citando una frase de la Carta de Noemí, e
indicando que era de ella─, les hice sobre el precio fijo.
Traté, básicamente, un
poco de todo sobre lo que hablo en mi Carta: los derechos de autor, la
piratería, los libros en papel y digitales, las librerías, la necesidad de la cultura en nuestras vidas,
la importancia de la lectura… Les hice una pregunta a los niños que nos acompañaron
y tuve un recuerdo para todos y cada uno
de mis compañeros, porque aunque no estuvieran allí conmigo físicamente, son
tan importantes y estoy tan orgullosa de
estar “entre ellos”, que tenía que hacerles una mención especial. Creo que en
este punto y dando las gracias a la editorial Playa de Ákaba, a Lorenzo Silva y
a Noemí Trujillo por confiar en mí y por su valentía, fue cuando se me quebró
un poco la voz, bueno… y también, porque no decirlo, al ver a mi madre mirarme
con esos ojos con los que solo una madre mira, a mis hijos, a mi marido… Fue un
instante, después ya cogí “carrerilla”, como se dice, y el tiempo pasó “volando”.
Estar en tu tierra, presentando
un libro del que te sientes orgullosa es un sueño. Mi principal preocupación
era poder “defender” bien el libro, no quería
defraudar a la editorial que me ha dado tantas alegrías y a la que estaré eternamente agradecida… Pero
me di cuenta de que la Nueva Carta sobre el comercio de libros, “se
vale por sí misma”, es un proyecto tan bien hecho y tan bien llevado a cabo,
que no necesita mucho más.
Me llevo un magnífico e
inolvidable recuerdo de este día. Al finalizar se acercaron varias personas,
que no conocía, para felicitar una “apuesta tan valiente” y tan interesante,
elogiando la Nueva Carta; por ese motivo, me
han invitado a formar parte de una mesa redonda. Allí estaré, con
nuestro libro bajo el brazo como bandera. Agradecida, muy agradecida.
(Fotografías realizadas por Vicente Suárez)
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