jueves, 17 de abril de 2014

Palabras para Alcalá de Henares, por María Dolores Rubio de Medina



Empezaré por las obviedades: agradecimientos a editorial y coautores, a la Casa del Libro por albergar la presentación y a los asistentes por haber acudido.

Como cada colaboración de las 27 firmas del libro «Nueva carta sobre el comercio de libros» es de «cada autor y sus circunstancias», a cada uno le corresponde poner la luz o la sombra para reafirmar sus opiniones; excelentes en muchos casos y menos excelentes en algunas líneas del libro.

En mi caso, siempre recuerdo que somos un país de letras donde ocupan un lugar destacado la «novela picaresca» y las «novelas de caballerías». Somos un país con una aculturación exagerada en ciertos comportamientos que no consideramos «delitos o faltas» o «reprochables», los calificamos como permisibles aunque no lo sean; estos antecedentes, junto con la dejadez de las instituciones públicas y las grandes editoriales a regular a tiempo  un nuevo sistema de venta para el libro, ha generado la idea de que lo que está en la red no tiene dueño, como si fuera una res nullius (cosa de nadie) que puede ser ocupada.

La solución está en la educación, su resultado, quizá en el próximo siglo; personalmente, no veo salida inmediata a este hurto (que no robo, a menos que se considere que vulnerar una clave de un libro para ponerlo al público es violencia en las cosas) cuando se argumenta que el Estado está para apechugar con los costes de la cultura y pagar a los autores para que el público disfrute de algo gratis.

El Estado está para poner las bases de la educación, no para sufragar toda la cultura.


Les agradezco su valentía por interesarse por un libro innovador, no puedo garantizar que les guste, ni que su adquisición sea buena inversión; sí, que es comprometido y sincero, especialmente por el empeño de sus editores en dar unas páginas a cada autor desconocido para hacerlo más visible.

Muchas gracias a ellos y a ustedes por escuchar mis palabras.

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